La ampliación al Museo Picasso edificio concebido como un contenedor organizado por la existencia de un lucernario transversal que transporta la luz exterior a las plantas primera y baja y que son también las líneas originales del sistema estructural del conjunto. Al aparecer en cubierta, dibujando en este espacio un reflejo de la organización interior que ayuda a formalizar la cara superior del volumen.
La fachada principal a la plaza Sabartés define un nuevo plan de composición, independiente del conjunto del actual Museo pero con una relación estrecha establecida por la proximidad. Un gran cristal protegido por un voladizo lo abre a la ciudad. Esto, además, hace posible la continuidad visual entre el jardín del Museo y la plaza diseñados de manera unitaria.
Las otras dos fachadas, la de la calle Flassaders y la del jardín del Museo, son más herméticas en atención al mundo privado creado en el interior del volumen. De todas formas, aberturas, de medidas iguales a las ya practicadas en el Museo existente, permiten la visión y relación con la calle y el jardín. Dos materiales aseguran la pervivencia del edificio en este entorno urbano a la vez que añaden complejidad a su visión: la piedra en planta baja y el estuco en la superior.
La plaza Jaume Sabertés se convertirá en el acceso principal del conjunto y será el clásico espacio exterior de acogida de visitantes absolutamente imprescindible en museos de gran afluencia de público. Esto descongestionará la calle Montcada, actualmente permanente colapso.
Tipología
Sistema de Seguridad
Material
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